Este insectívoro forestal, ruidoso y activo, resulta muy conspicuo por su llamativa combinación de colores azules y amarillos. Frecuenta parques, y para criar se acomoda muy bien en huecos tanto naturales como artificiales, especialmente en cajas-nido. Se trata de uno de los pájaros más extendidos y populares.
Las alas, cola y cabeza del herrerillo común exhiben un bello color azulado, que se completa con un collar azul cobalto. El dorso posee tintes verdosos, y las partes inferiores son amarillentas. Presenta mejillas de color blanco en los adultos y amarillo pálido en los volantones.
La coloración general podría recordar a la de un carbonero común. Pero este es notablemente mayor, con la cabeza negra y una banda de igual color que divide en dos el amarillo del pecho.
Emite múltiples reclamos, algunos muy parecidos a los sonidos producidos por otros páridos, como el carbonero común. Sin embargo, los sonidos del herrerillo común son mucho menos potentes. Frecuentemente reproduce con rapidez una estrofa compuesta por trinos cortos, finalizados con una “risa” (tit-tit-tit-chuuarr), que además puede ir seguida de chasqueos. El canto más común es un tiit-tiit-tutu… muy agudo y que continúa con vibraciones muy variadas.
El herrerillo común se extiende por gran parte de Europa, desde las islas Británicas hasta los Urales. Los ejemplares de las poblaciones del norte de África y de las islas Canarias se consideraban hasta muy recientemente herrerillos comunes, pero hace poco se ha propuesto su segregación e inclusión dentro de una nueva especie, el herrerillo africano (Parus teneriffae).
Aparece en todas las provincias peninsulares y en Baleares, pero evita las zonas carentes de vegetación arbórea. Así, es raro en el tramo central del valle del Ebro, en el sureste ibérico y en algunas zonas del valle del Guadalquivir y de la provincia de Valladolid, así como parches dispersos en zonas desarboladas de Badajoz.
Longitud
11,5 cm
Envergadura
17,5-20 cm
Época observación:
Fuente: wikipedia