El escribano palustre es uno de nuestros paseriformes más raros y amenazados, pues ha visto reducir drásticamente sus poblaciones hasta niveles alarmantes. En el primer censo estatal de 2005 se estimó una población reproductora de unas 375 parejas, cifra que se redujo en el último censo de 2021 a unas 265. Durante el invierno, sin embargo, recibimos abundantes ejemplares procedentes de Europa, aunque su número también viene manifestando un notorio descenso. La desaparición o alteración de los humedales y los problemas derivados de la intensificación agrícola parecen estar en el origen de dicha situación.
El palustre es un escribano de mediano tamaño que presenta un plumaje dominado por los tonos pardos y acastañados en el dorso y blanquecinos con algunas listas en el vientre. El macho en plumaje nupcial luce la garganta y la cabeza de un intenso color negro, así como un collar y una bigotera blancos. En esa época, también la cabeza y el pecho de la hembra tienden a oscurecerse, aunque carecen del característico collar blanco.
En invierno, resulta más complicado diferenciar por el plumaje tanto a los sexos como a los ejemplares inmaduros
Estado amenaza:
En peligro critico CR
Época observación:
Fuente: wikipedia