Ave de gran tamaño y aspecto inconfundible, la garza real no es muy numerosa como nidificante en la Península Ibérica, aunque se encuentra en expansión. Es, en cambio, mucho más abundante durante la invernada y los pasos migratorios, cuando muchos ejemplares europeos recalan en nuestro territorio en su camino hacia el continente africano. Durante el invierno, resulta fácil observar a estas garzas, tanto en vuelo como posadas en las orillas de ríos y embalses aguardando el paso de alguna presa, que capturarán con la ayuda de su potente pico.
La garza real es un ave de gran tamaño, la mayor de las ardeidas que frecuentan nuestro país, de figura estilizada, largo cuello y coloración general grisácea, con un diseño variable según la edad y la época del año.
Durante el periodo reproductor, la cabeza de los adultos luce una coloración blanca y aparece adornada por una línea negra y un par de largas plumas de este mismo color, en tanto que el cuello, blanco también, se halla surcado longitudinalmente por dos bandas paralelas negruzcas. El largo y afilado pico presenta un tono rojizo, y las regiones dorsales son mayoritariamente cenicientas, con una llamativa mancha negra en los hombros.
En vuelo adopta la postura característica de las garzas, con el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola, si bien la garza real resulta fácilmente diferenciable del resto de sus parientes debido a su gran tamaño.
Además de producir otras vocalizaciones, fundamentalmente cuando se encuentra en compañía de otras garzas dentro de las colonias de cría, emite un sonido muy característico, como un a aarj, áspero y muy sonoro.
La especie se encuentra ampliamente distribuida por todo el Paleártico, donde la subespecie cinerea cría en la mayor parte de Europa, Asia y África, incluido Madagascar. Inverna, asimismo, en numerosas regiones europeas, África y el sur de Asia.
La garza real ha aumentado de manera considerable el número de parejas reproductoras en nuestro país, con una estimación de 6.994 parejas en 241 colonias y 44 parejas aisladas en el censo de 2011. La mayor parte de esta población se concentra en Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Comunidad Valenciana, si bien su distribución es mucho más extensa. La especie está presente en el delta del Ebro y la albufera de Valencia, así como en pequeños núcleos en otras localidades catalanas y levantinas, en el sureste peninsular y, de forma cada vez más frecuente, en las regiones cantábricas (que ha colonizado recientemente).
Durante la invernada, la presencia de esta garza en territorio español aumenta notablemente, sobre todo en el cuadrante suroccidental de la Península y a lo largo de los principales humedales costeros, y en Canarias puede considerarse regular.
Longitud
84-102 cm
Envergadura
155-175 cm
Época observación:
Fuente: wikipedia