Uno de los habitantes más vistosos y a la vez más enigmáticos y poco conocidos de nuestros humedales es el avetorillo, una minúscula garza de hábitos marcadamente crepusculares, que ocupa cenagales, riberas, embalses, lagunas y marismas con abundante vegetación palustre, en la que instala su nido y por la que se mueve con suma soltura y discreción a la captura de los pequeños vertebrados y grandes insectos que componen su dieta.
Especie de amplísima distribución mundial, aparece en gran parte de Europa, África, Asia centro-occidental, Australia, Madagascar y la India.
Cría en casi toda la Península, de modo puntual en Baleares y Canarias, y está ausente en Ceuta y Melilla.
Se localiza fundamentalmente en torno a las principales cuencas fluviales (Guadalquivir, Guadiana, Duero, Tajo y Ebro), así como en Levante, mientras que en el resto del territorio (Galicia, Cantabria, País Vasco, La Rioja y Castilla y León) su presencia es más irregular.
El pequeño y discreto avetorillo, inconfundible por su tamaño, es la garza más pequeña de la fauna europea. La especie presenta cierto dimorfismo sexual: el macho adulto luce los flancos de color crema, el dorso negro, las partes inferiores y el cuello de tonos rosados, las mejillas grisáceas y el píleo y la nuca también negros. La hembra adulta es similar, pero menos contrastada y de tonalidad, en conjunto, más parduzca.
Los jóvenes, de un tono general pardo-grisáceo, poseen un diseño similar al de la hembra, aunque con los flancos y el píleo muy desdibujados.
En vuelo emite un ank rápido y hueco. El canto nocturno del macho, por su parte, consiste en una serie de graznidos, ghruog, repetidos lentamente.
Longitud
33-38 cm
Envergadura
52-58 cm
Época observación:
Fuente: wikipedia